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Sábado, marzo 4th, 2017

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El álbum, un libro de arte

por Mercedes Palau-Ribes

Como oasis de poesía, en las llanuras de España se encuentran los jardines, cuyo encanto he ido recogiendo antes de que se borren para siempre

 

Con esta frase comienza Santiago Rusiñol la presentación de su álbum Jardins d’Espanya. La exposición homónima, que se llevará a cabo esta primavera de 2017 en el Museo del Modernismo, es una reivindicación de la persona de Rusiñol, pintor de jardines, como una de las figuras culminantes de la pintura del Modernismo catalán. Ponemos en relieve la importancia que tuvo el álbum Jardins d’Espanya para la divulgación de su mensaje estético y de su visión modernista del jardín, de la que fue un referente indiscutible. Conviene señalar de qué manera este álbum contribuyó a inscribir el motivo del jardín como elemento clave de la literatura modernista y examinar la repercusión que esta publicación tuvo en el mundo de la música.

Los jardines de Rusiñol adquieren un importante relieve a partir de la primera exposición individual que el pintor hace en París, en noviembre de 1899, en la prestigiosa galería L’Art Nouveau, especializada en arte simbolista y nabí. Rusiñol expuso un conjunto amplio y homogéneo de treinta y dos cuadros de jardines, que había pintado el año anterior en Granada, junto con otros que había pintado en Aranjuez, La Granja, Tarragona, Barcelona y Sitges.[1]

La pintura de Rusiñol no era nueva ni desconocida en París, y aúnmenos sus jardines, con los cuales había participado en el Saló de la Société Nationale des Beaux-Arts de 1896.[2]Ya entonces había despertado el interés de los críticos y había conseguido que el Estado francés se fijara y se decidiera a adquirir un cuadro de la serie Jardines arabes de Grenade (que después se ha divulgado con el título Xiprers vells)[3]. La serie completa que presentó en L’Art Nouveau, sin embargo, fue la que provocó un mayor impacto y, de rebote, recibió los elogios más entusiastas tanto del público como de los críticos que la vieron. Melancolía, emoción, tristeza, soledad, abandono, desolación, reposo, armonía, poesía, originalidad, elegía eran las palabras con las que se definía la colección de los jardines de Rusiñol. La crítica francesa destacaba sobre todo la visión extremadamente personal y nueva, poéticamente romántica y evocadora de los jardines de Rusiñol, porque estos daban una visión de España hasta entonces desconocida en Francia, alejada de la habitual representación de la España típica y tópica.[4]

El éxito de París se vio reforzado con la exposición de Jardins d’Espanya en la Sala Parés de Barcelona en noviembre de 1900. Rusiñol tuvo colgados treinta cuadros que eran más o menos los mismos que había llevado a París el año anterior, compensando los que se habían vendido con otros más antiguos, tales como dos patios azules de Sitges.

Es a partir de estos primeros éxitos que Rusiñol dedica su pintura, casi en exclusiva, al género del jardín, con una visión extremadamente personal tanto en la forma como en el contenido. No le importa tanto la representación fidedigna del jardín como la representación de la huella que dejan el hombre y el paso del tiempo. Continuará a lo largo de su vida utilizando una pintura de formas clásicas, sin cambios en cuanto a su técnica, pero siempre manteniendo el espíritu poético y romántico.

Los álbumes de recuerdos y el álbum para el recuerdo

En 1903 los Tallers Gràfics de la Casa Thomas[5]de Barcelona editaron el álbum Jardins d’Espanya, consistente en cuarenta reproducciones de cuadros de Rusiñol precedidas por unos pliegos con textos apropiados en poesía y prosa. Estos textos eran destinados a ofrecer una clave para entender el alcance y el sentido de la obra, y para crear una especie de puente entre pintura y literatura modernistas. El primer texto, del mismo Rusiñol, explicitaba y defendía la belleza de la decadencia de los jardines que iban desapareciendo con el tiempo, ya la vez exponía el ideario estético de estos monumentos de arquitectura vegetal y la representación que hacía el pintor.

La original obra Jardins d’Espanya podría tener su precedente en los álbumes de recuerdos que Rusiñol inició en octubre de 1880, consistentes en folios de gran formato, en cuyas páginas él o sus colaboradores pegaban y referenciaban, con cierto criterio cronológico más o menos aproximado, recortes de prensa, fotografías, dibujos, catálogos de exposiciones, etc. Todo aquello debía servir para fijar en el recuerdo los inicios y el desarrollo de su trayectoria artística.

El álbum, que da nombre y motivo a esta exposición, se gesta en un momento clave, cuando la pintura de Rusiñol ha conseguido el pleno reconocimiento y el éxito con una valiosa exposición en la Sala Parés[6] de Barcelona,en 1903,dondepresentótreinta y seisobras que había pintado en Mallorca, en Valencia y en Barcelona recientemente. A diferencia de los álbumes de recuerdos, el de los Jardines no es un ejemplar único y de confección sencilla, ni un catálogo destinado a la venta de pinturas, sino que debe difundir a los cuatro vientos el ideario de un artista-poeta y dar a conocer su obra al público entendido antes de que caiga en el olvido. Será un libro de arte y, con este fin, utilizará los medios gráficos más modernos y sofisticados a su alcance para conseguirlo. Debe ser un libro de arte innovador, que llame la atención por su belleza, una colección donde la reproducción de sus cuadros sea lo más fiel posible al original.

Para el álbum Jardins d’Espanya Rusiñol escogió una presentación con unas características similares a las de las grandes carpetas que solían utilizar los artistas para presentar sus dibujos: unas cubiertas de cartón cerradas con tres lazos. En el interior hay cuarenta reproducciones en láminas de diversos tamaños, impresas sobre papel cuché y firmadas por el impresor («Thomas sv»). Cada una iba enganchada dentro de un marco estampado en seco sobre cartulina de papel Guarro, que lleva la marca también en seco del ex-libris de Rusiñol en el ángulo inferior derecho. Todas las láminas iban cubiertas cuidadosamente con un papel de seda sobre el que se había impreso el título de la obra. Para seis de las reproducciones se utilizó la técnica de la cuatricromía y el resto son monocromías realizadas en diversas escalas y gradaciones de los colores verde, granate, malva o sepia.

Ocho textos de escritores escogidos por Rusiñol siguen su prólogo: “La Relíquia” de Joan Alcover[7], “Floràlia” de Gabriel Alomar[8], “Villa” de Miquel Costa i Llobera[9], “En mon jardí” de Emili Guanyabens[10], “El jardí abandonat” de Apel·les Mestres[11], “Les roses blanques” de Joan Maragall[12], “El Castell buit” de Miquel dels Sants Oliver[13] y un texto sin título de Francesc Matheu[14]. Todos ellos habían recibido el encargo de escribir su particular visión del jardín desolado.

Una carta de Rusiñol a Joan Alcover[15]nos informa de que los trabajos de la edición están en fase muy avanzada:

Barcelona 15 de marzo de 1903

Estimado amigo: Sarmiento ya sé que le ha escrito hablándole de la magnífica impresión que ha causado su poesía a todos los que la hemos leído. Debo añadir el parecer que para mí vale mucho, de Guanyabens, que me dijo que era de lo mejor que había leído de poesía catalana.

En cuanto a mí, ya puede figurarse lo mucho que me ha gustado, porque además de los motivos literarios entran los de amistad, y un poco los de vanidad de que vaya en mi álbum de jardines.

Lo que sí hemos acordado todos es la conveniencia de que escriba más a menudo en catalán, por el bien de nuestra literatura tan abundante de Floreraires, y tan carente de poetas.

El tomo de los jardines creo que quedará muy bonito. Los facsímiles de colores que ya están impresos, quedan muy bien. He logrado tener ocho poesías como prólogo de los poetas que a mí me gustan más en catalán. Alcover, Oliver, Alomar, Costa i Llobera, Matheu, Apeles Mestres, Maragall y Guanyabens.

Ahora, amigo Alcover, mil y mil gracias.

Me acuerdo mucho de Mallorca y muy a menudo y sobre todo de los amigos a los que me hará el favor de abrazar.

Un buen apretón de manos.

Santiago Rusiñol

 

Durante la primavera Rusiñol, con la ayuda de Miquel Utrillo, director de la revista Pèl&Ploma, yde su colaborador, el periodista Miquel Sarmiento[16], se dedicó a supervisar de cerca el tiraje de las láminas en los talleres de la Casa Thomas. Previamente se había encargado de seleccionar las obras que reproduciría en el álbum y las había hecho fotografiar. Gracias a las imágenes, estudió y anotó en el dorso de cada una las medidas y el color con el que irían reproducidas, estableció el orden en la publicación, eligió el color de las tintas y seleccionó las obras que consideró más importantes para reproducirlas de la manera más fiel al original, utilizando el complicado proceso fotomecánico de la tricromía o cuatricromía[17].

A finales de julio las pruebas de imprenta estuvieron terminadas y Rusiñol se las llevó a Sitges para presentarlas a los amigos del Cau Ferrat y hacerles la lectura del prólogo, que acababa de escribir.[18]

La revista Pèl&Plomapublicó el anuncio de Jardins d’Espanya en su número 96, del mes de agosto de 1903;lo hacía en francés parasus abonados y lectores de la revista en París yen Francia[19], donde interesaba que se conociera la obra. Para el gran público, la Casa Thomas había impreso una bonita colección de tarjetas postales en color que representaban cinco jardines de Rusiñol.[20]

La nueva edición del álbum Jardins d’Espanya

A partir de la publicación del álbum, Rusiñol se convirtió en «el pintor de los jardines de España», apelativo que se convirtió en inseparable de su nombre. En las páginas de las revistas Art et Décoration y L’Art Décoratif de 1904, con motivo de la divulgación del álbum en Francia, encontramos unos artículos elogiosos de los críticos de arte franceses Georges Riat y Henri Frantz[21], acompañados denumerosas ilustraciones de los cuadros de Rusiñol. Frantz destaca“la modernité de sa technique, la hardiesse de ses procedés de couleur, sa manieère de représenter les ombres claires, indiquent bien qu’il ne saurait être question avec lui de revenir à de vieux procedés; ce qu’on se plait à saluer en ce peintre c’est la préocupation de la belle composition et du sujet rare”y coincide en afirmar que la pintura de Rusiñol es muy personal y altamente poética. Otro crítico de arte de renombre, Vittorio Pica, esparció el nombre de Rusiñol por toda Europa y América[22].

Hacia1914 aparece una nueva edición de los Jardins d’Espanya[23], impresa en esta ocasiónen los talleres de Antoni López, el editor del semanarioL’Esquella de la Torratxa, donde Rusiñol publicaba su glosario. Josep Thomas, el impresor de la primera edición, había muerto en Berna (Suiza) en 1910. Y Rusiñol estaba decidido a hacer algunos cambios porque la primera edición «no me dejo satisfecho”.[24]

En la nueva edición se sustituyeron catorce láminas de la edición de 1903[25]—ocho eran de Mallorca, tres de Granada, una de Valencia, una de Sitges y una de La Granja–porotras quince láminas[26]dejardines de Valencia, Aranjuez, Mallorca, Girona y Granada.Se puede pensar que el autor quería dar cuenta de la evolución de su pintura, dar a conocer los jardines recientemente pintados e introducir cambios en las tintas de las reproducciones anteriores que no habían salido como él quería[27]. Lo más relevante, sin embargo, es que el nuevo volumen había añadido siete textos de poetas castellanos de reconocido prestigio, una concesión para complacer al público español y sudamericano que se había interesado por su obra: “Oración en el jardín” de Enrique Díez-Canedo[28], “Año sentimental” de Francisco A. de Icaza[29], “Granada” de Manuel Machado[30], “Los jardines de España” de Eduardo Marquina[31], “A Santiago Rusiñol” de Gregorio Martínez Sierra[32], “Jardines” de Ramón Pérez de Ayala[33] y “A Santiago Rusiñol. Por cierta rosa” de Juan Ramón Jiménez[34].

Esta segunda edición iba acompañada por la emisión de una nueva colección de nueve tarjetas postales, hecha por la casa Agfa, que reproducía en sepia jardines del álbum de 1914[35].

La música de los Jardins d’Espanya

Entre los libros que tenía el compositor Manuel de Falla en su biblioteca había un ejemplar de los Jardins d’Espanya de 1903 que le habían regalado sus amigos[36]. Es este el álbum que Falla pide desde París a su familia cuando empieza a trabajar los primeros compases de unos nocturnos que se convertirán en una de sus composiciones más emblemáticas: Noches en los jardines de España.

Respecto a los “Jardines” a ver en qué forma pueden venir, si por ferrocarril o cómo. Indudablemente debe haberalgún medio. Pedro no los podría traer por la sencilla razón de que no volverá de España por ahora[37].

No sabemos con precisión cuándo se conocieron Rusiñol y Falla, pero tuvieron un gran número de amigos comunes, como Ricard Viñes, Isaac Albéniz, Juan Ramón Jiménez o Gregorio Martínez Sierra, colaborador de Santiago Rusiñol en temas relacionados con la literatura y el teatro desde 1904. Será en verano de 1915 cuando la relación entre Santiago Rusiñol y el compositor se hiciera más estrecha. Falla estaba en Barcelona con los Martínez Sierra para asuntos teatrales y pasó tres semanas con ellos en Sitges, donde Rusiñol le ofreció el piano del Cau Ferrat para que pudiera terminar las composiciones musicales en que estaba trabajando. Rusiñol aprovechó la estancia del músico para inmortalizar a Falla con un sencillo y entrañable retrato en dibujo[38] que dejó sinfirmar.

El recuerdo del pintor y de sus jardines se evocó, dos años después de su muerte, cuando el músico visitó Mallorca en 1933 y, reiteradamente, pidió “¿Dónde está el jardín del pirata?”, en alusión al Jardí del Pirata, pintado por Rusiñol y reproducidoen el álbum[39].

Los jardines de Rusiñol y las Noches en los jardines de España (1916), una de las obras más significativas de Manuel de Falla, están estrechamente relacionados, especialmente, con el ambiente de los jardines de la Alhambra y del Generalife, unos jardines que Falla entonces sólo conocía por las reproducciones del álbum de Rusiñol.

Otras ediciones

Después de1914 se han realizadootras ediciones delálbum Jardins d’Espanya, con más o menos acierto. La de 1925 es una reedición de la de 1914; otras, publicadas sin especificar el año o el impresor, ya no tienen cuarenta láminas sino treinta y seis. En varias ediciones incluso se han suprimido los textos de los poetas y el prólogo de Rusiñol, que era lo que daba sentido a la publicación.

El álbum Jardins d’Espanyanos ha supuesto una herramienta imprescindible para poder recuperar del olvido parte de la colección de las mejores obras de Rusiñol, directamente seleccionadas por él. No habríamos conocido nunca, o sólo las conoceríamos por fotografías en blanco y negro, algunas de las obras que descubriremos el Museo del Modernismo.

El peregrino de los jardines abandonados

Rusiñol empezó a tratar el tema de los jardines en las crónicas que escribía de sus peregrinaciones por Francia, Mallorca y Italia, publicadas enL’Avenç y enLa Vanguardia.

Uno de los primeros jardines pintados por Rusiñol fue el jardín de Can Falç, que había utilizado como decorado para la obra teatral de Maeterlinck La intrusa, estrenada en Sitges en 1893 en el marco de la Segunda Fiesta Modernista. Era un jardín suntuoso y melancólico, con estanque y manantial y una glorieta de cipreses recortados que Rusiñol pintó en el verano de 1894. Con El Pati de Can Falç el artista inicia la larga serie de jardines abandonados que contribuyó a su reconocimiento internacional.

En verano de 1898, Rusiñol se trasladó a Madrid con el objeto de recaudar fondos para levantar el monumento a El Greco en Sitges, pero el Círculo de Bellas Artes de la capital se encogió de hombros y Rusiñol, ante la decepción, se trasladó a Aranjuez y La Granja para pintar. La primera impresión que tuvo de estos jardines no era la esperada y escribió a Utrillo:“Yo aquí pinto, aun sin gran entusiasmo, pues aunque esto no es feo, no es lo que busco”[40].Esta opinión no estaba justificada, porque del primer contacto con La Granja pintó dos cuadros magníficos —L’estany de la GranjayFont Roja—,y de Aranjuez, el Caminal de rosers, con su glorieta de cipreses.

De esta última obra posteriormente haría hasta diez versiones diferentes, una de las cuales mereció una medalla de primera clase y fue adquirida por el Estado español para el Museo del Prado; un año más tarde el Estado francés adquirió otra versión.Rusiñol descubrió los Jardines de Aranjuez una glorieta de cipreses recortados que le cautivó, y de la que pintaría numerosas versiones a lo largo de treinta años. El Caminal de roserses la primera versión que realizó y que, junto con otras pinturas de jardines, figuró en la exposición de la galería L’Art Nouveau de París en otoño de 1899. Esta exposición fue muy importante dentro de su trayectoria, ya que supuso el reconocimiento internacional de su pintura.Hoy encontramos que la glorieta recibe el nombre «Glorieta de Rusiñol», denominación en recuerdo del pintor y de su predilección por este rincón del Jardín del Príncipe.

Muy diferentes son sus cuadros pintados en tierras andaluzas, comoGlorieta i boixos. El tema de esta pintura es el jardín de la casería de Buena Vista, en las afueras de Granada, conocida popularmente como el Caserío de La Bailarina porque a mediados del siglo XIX se alojó la famosa bailarina española Pepita Durán (Málaga, 1830-Arcaishon, Gironda, 1871), abuela materna de la novelista y poetisa inglesa Vita Sackville-West (1892-1962), que fue miembro del grupo de Bloomsbury y amante de la escritora Virginia Woolf.

En el segundo y el tercer viaje a Granada (1895 y 1898 respectivamente), Rusiñol se interesó por los jardines granadinos con cipreses y bojes recortados y glorietas de arquitectura de formas arabescas, que plasmó en sus pinturas. Los cuadros de Rusiñol de los jardines de Granada, junto con otros pintados en Aranjuez, Barcelona y Tarragona, consagraron al artista como pintor de jardines.

La figura de Rusiñol comenzó a aparecer en el imaginario artístico de la época acompañado por los elementos vegetales que pintaba en los jardines. De hecho, en un ejemplo muy ilustrativo, Picasso inmortalizó a Rusiñol en un jardín, con un fondo donde aparece una glorieta de cipreses de Granada. El dibujo, en lugar desconocido, lo conocemos gracias a que lo hizo reproducir en la revista Arte Joven del 31 de marzo de 1901.

Posteriormente, durante su estancia en Mallorca en 1906, Rusiñol se interesó por conocer otros jardines señoriales de la sierra de Tramuntana. En Sóller descubrió un hermoso jardín romántico situado en el predio de Son Angelats, en las afueras de Sóller, que había mandado construir su propietaria, Catalina Zaforteza i de Togores. Allí fue a pintar rincones de sueño como Camí de Roses (Museo de Bellas Artes de Buenos Aires) y las dos versiones del estanque, cuyas aguas reflejan la espesa vegetación que le rodea: Mirall d’aigua (colección particular) y Estany dels Enamorats. Finalmente, pintó Flors blaves, un jardín de alto contenido simbolista con un camino bordeado de flores que conduce al espectador a un lugar sombrío donde hay un sauce muerto. Esta obra hizo ganar a Rusiñol una medalla de primera clase en la Exposición Internacional de Barcelona de 1907. Hay una versión en pequeño formato de este mismo cuadro que fue incluida como elemento ornamental y junto a composiciones de otros autores, en un mueble que el Cercle Artístic de Barcelona regaló al político mallorquín Antonio Maura, con motivo de su visita a Barcelona en noviembre de 1908.

En sus jardines, lugares de ensueño, la figura humana se encuentra prácticamente ausente. El eco humano lo podemos reconocer en los trazos de naturaleza intervenida y adaptada en la forma de jardines y patios. Una de las pocas figuras la podemos observar en el cuadro de grandes dimensiones L’hort del duc de Gor, donde aparece una figura solitaria en un paseo de cipreses. Los rasgos humanos no importan aquí, sino su inserción como parte de la composición y como parte, sobre todo, de lo que quiere transmitir. Otro caso, de una belleza cautivadora, es el óleo de 1902 Brollador del faune. Aquí, el recuerdo humano es absorbido por la escultura, que representa la figura clásica de un fauno, el vestigio de un pasado en el que el hombre era el centro del universo pero que, con el paso del tiempo, se ha re-integrado silenciosamente en la Naturaleza.

El jardín de este cuadro es el de la casa contigua a la del poeta Joan Alcover -del que incluyó en Jardins d’Espanya un evocador poema, dedicado precisamente al fauno-, que fue llamada Casa de los Poetas, en el baluarte de la Catedral de Palma, lugar de reunión de escritores y artistas. Allí lo encontró Miguel Sarmiento una tarde: “Rusiñol pintaba entonces uno de sus Jardines: un pobre fauno decapitado que en medio de un estanque, entre desmayos y acacias, se refleja en un fondo de aguas verdes a donde no llegan nunca ni los pájaros ni el viento. Pintaba Rusiñol a la caída de la tarde, cuando el sol doraba la cima de los árboles. Muchos días el pintor llegaba demasiado pronto y tenía que aguardar el momento oportuno para comenzar su trabajo”[41].

Esta obra apenas mereció comentarios cuando fue expuesta en la Sala Parés de Barcelona y, sin embargo, causó sensación a Henri Frantz, que se extendió a comentarlo en un artículo: “La Fontaine du Faune nous apparaît encore parmi les plus beaux morceaux de cette sèrie, et aussi les plus importants par ses dimensions et les recherches de couleurs qu’il nous révèle. Nulle part on ne goûtera plus intensement la saveur de la vie et l’amertume de la mort, le contraste de ce faune mutilé qui se dresse au milieu de la vasque de pierre, de cette eau immobile que ne viennent plus égarer les jeux d’eaux et qui ne tressaille qu’à la chute de quelque feuille, et de la joie éperdue, triomphante de cette nature de printemps qui s’épanouit dans la sève de ses arbres en fleurs…”[42].

[1]El catálogo de exposiciónLes Jardins d’Espagne de Santiago Rusiñol, París: L’Art Nouveau, 1899, menciona: 1. Jardin doré (Grenade); 2. La Fontaine des cyprès (Grenade); 3. La Cour de la Sultane (Grenade); 4. Architecture verte (Grenade); 5. Solitude (Grenade); 6. La Voûte de pampres (Grenade); 7. Palais de l’Evêque (Grenade); 8. Fontaine du Généralife (Grenade); 9. Le Cyprès de la Sultane (Grenade); 10. Jardin jaune (Grenade); 11. Mur de cyprès (Grenade); 12. Bouquet d’arbres (Grenade); 13. Effet de lune (Grenade); 14. Le Soir à Grenade; 15. Sierra Nevada (Grenade); 16. Promenade solitaire (Grenade); 17. Le Généralife (Grenade); 18. Le Canal (Grenade); 19. Palais abandonné (Grenade); 20. La Fontaine (Aranjuez); 21. Le Kioske (Aranjuez); 22. La Fontaine d’Apollon (Aranjuez); 23. Chemin Bleu (Aranjuez); 24. Jardin du Prince (Aranjuez); 25. La Glorieta (Aranjuez); 26. Mur d’arbres (Aranjuez); 27. Le Couvent (Sitges); 28. Une Cour (Sitges); 29. Le Labyrinthe (Barcelone); 20. Le Cloître (Tarragone). 32. La Fontaine rouge (La Granja).

[2] Con“Un bravo à M. Rusiñol”,el crítico Thiébault-Sisson elogió las obras de Rusiñol presentadas en el Saló dentrode las páginas del diarioLe Tempsdel 24 de abril de 1896.

[3] El Estado francés lo compró pormil francos. Destinado primero en el Palacio de Luxemburgo, donde estuvo expuesto inicialmente, pasó de manera temporal al Palacio de Rambouillet y en 1903 fue destinado al Museo Fabre de Montpellier. A pesar de que desde 1957 se ha perdido el rastro de este cuadro, que figura últimamente con un título diferente del original, el catálogo de este museo publicado en 1914 hace la descripción: “Entre de hauts cyprès une grande allée dont un bassin avec jet d’eau occupe le milieu et au fond de laquelle on aperçoit un kiosque. Fond montagneux. Ciel bleu.”(Catalogue des peintures et sculptures exposées dans les Galeries du Musée Fabre,Montpellier: 1914, p. 329)

[4]L’Aurore, 6 noviembre 1899, núm. 749, p. 1; Thiébault-Sisson: “Choses d’Art”, Le Temps, 9 noviembre 1899, n.p.; P.H.: “L’exposition Rusiñol”, Le Radical, 9 noviembre 1899, p. 2; Léon David:La Revue d’Art, 11 noviembre 1899 ;Charles Frémine: “Notes d’Art”, Le XIXe siècle; Arsène Alexandre: “Exposition Rusiñol”, Le Figaro, 13 noviembre 1899, p. 5; André Fontainas: “Art Moderne”, Mercure de France, XXXII, diciembre 1899, p. 815-816; “L’Art décoratif”, 15-XII-1899, p. 137 ; Gabriel Mourey: “Studio-Talk: Paris”,The Studio, XVII, núm. 81, p. 200-201, 15-XII-1899, p. 200; Henri Frantz: “Les Jardins d’Espagne, par M. Rusiñol”,L’Art Décoratif, núm. 17, febrer 1900, p. 217-220; Charles Saunier: “Santiago Rusiñol”, La Revue Blanche, vol. 20, 1899.

[5]Josep Thomas i Bigas (Barcelona, 1852 – Berna, 1910).

[6]El catàleg relaciona les obres exposades: 1. Jardí senyorial (Raixa); 2. El Castell gris (Castell del Rei, Pollença); 3. El Castell a hora baixa (íd.); 4. Primaveral (Gènova); 5. Castell del Rei (Pollença); 6. El pedregar del Castell (Pollença); 7. La Vall de Ternelles (Pollença); 8. Jardí d’estiu (Terreno); 9. Jardí senyorial (Raixa); 10. Brollador del Faune (Palma); 11. Jardí del Pirata (Terreno); 12. Raixa; 13. Jardí de Valldemossa; 14. “L’Assommoir” (Palma); 15. Masia Blanca (Bunyola); 16. Desmais (Terreno); 17. Racó florit; 18. Dijous Sant (Pollença); 19. L’hora fervent (Valldemossa); 20. Jardí clàssic (Terreno); 21. Jardí de muntanya (Valldemossa); 22. Niu de pedra (Castell del Rei); 23. El Torrent (Castell del Rei); 24. Caminal d’Alfàbia; 25. Camí de roses (Son Angelats); 26. Barcos blancs (Port de Sóller); 27. La cala dels pins (Port de Sóller); 28. Vall de tarongers (Biniaraix); 29. El poblet (Biniaraix); 30. La cova del barranc (Biniaraix); 31. El fossar (Sóller). València (Calvaris): 32. Calvari de Torrent; 33. Calvari de Sagunt; 34. Calvari cap al tard; 35. Calvari de nit. Barcelona:36. El Laberint.

[7]Joan Alcover i Maspons (Palma de Mallorca, 1854 – 1926), poeta, ensayista y político.

[8] Gabriel Alomar (Palma de Mallorca, 1873 – El Cairo, 1941), poeta, prosista, político y diplomático.

[9] Miquel Costa i Llobera (Pollença, 1854 – Palma, 1922), poeta y sacerdote.

[10] Emili Guanyabens (Barcelona, 1860 – 1941), poeta y traductor.

[11] Apel·les Mestres i Oñós (Barcelona, 1854 – 1936), escritor, dibujante, músico y poeta.

[12] Joan Maragall (Barcelona, 1860 – 1911), poeta.

[13] Miquel dels Sants Oliver (Campanet, 1864 – Barcelona, 1920), poeta, periodista y ensayista.

[14] Francesc Matheu (Barcelona, 1861- Sant Antoni de Vilamajor, 1938), poeta y activista cultural.

[15] Arxiu del Regne de Mallorca, FondoJoan Alcover, I.1.5. Correspondencia, 422. Santiago Rusiñol.

[16]Miguel Sarmiento Salom (Las Palmas de Gran Canaria, 1876 – 1926),novelista, traductor,periodista y crítico de arte.

[17]Este proceso consiste en la impresión simultánea de tres fotografías de una misma imagen en tres placas diferentes, cada una de un color primario (amarillo, rojo y azul); en el caso de las cuatricromías, se añade una cuarta placa de color negro. VéaseCastelló González, Julia: Conservación-Restauración de negativos sobre vidrio para cuatricromías. Selección del fondo de arte pictórico modernista de la colección Thomas del Institut d’Estudis Fotogràfics de Catalunya, Barcelona:Universitat de Barcelona, 2014-2015. Agradezcoa Laia Foix, coordinadora del Departament de Documentació i Investigació de l’Institut d’Estudis Fotogràfics de Catalunya, las explicaciones sobre este proceso y la referencia al interesante trabajo de investigación de Julia Castelló.

[18]Vallvé, H.: “Impressions d’Art. Lo pròlech”, Baluart de Sitges, 9 agosto 1903.

[19]Jardins d’Espagne. Quarante réproductions choisies de l’oeuvre du peintre Santiago Rusiñol, tirées sur papier couché, et fixées sur du papier de fil grand format, fabriqué chez Guarro, et imprimée chez J. Thomas, le tout renfermé dans un élegant portefeuille. Prix unique 40 pessetes. Les abonnés et lecteurs de Pèl&Ploma, peuvent les recevoir par port gratuit, dans n’importe quel pays de l’union postale universelle, moyennant l’envoi du prix du recueil. Pèl&Ploma, 96, P. de Gracia, Barcelone.”

[20] Las cinco postales de la serie Jardines de España reproducen las obras Jardí abandonat (Víznar, Granada),Arbres florits (Palacio de Víznar), Mur d’arbres (Aranjuez), L’estany de La Granja yEl xiprer de la sultana (Granada).La prueba de imprenta delálbum Jardins d’Espanya constaba originalmente de cuarenta y tres reproducciones, tres de las cuales se suprimieron delálbum para reproducirlas como postales: Mur d’arbres (Aranjuez), L’estany de La Granja yEl xiprer de la sultana (Granada).

[21] Destacamosel artículo del críticofrancés Riat,Georges: “Jardins d’Espagne”, Art et Décoration, septiembre 1904, núm. 9, p. 95-100, con cuatro ilustraciones de jardines en blanco y negro y una lámina en color fuera de texto; y el de Frantz, Henri: “Santiago Rusiñol. Le peintre des Jardins d’Espagne”, L’Art Décoratif, octubre 1904, p. 121-127, con ocho ilustraciones.

[22]Pica,Vittorio: “Artisti Contemporanei: Santiago Rusiñol”, Emporium, XXI, núm. 123, mayo 1905. La revista The Studio, 41, 1907, p. 98-104, publicó en inglés gran parte delartículo italiano de Pica.

[23]Jardins d’Espanya, Barcelona: Antonio López, 1914.

[24]Comentario recogido enLos Gnomos de Bellver: “Rusiñol y ‘L’Illa de la Calma’”, La Región, Palma de Mallorca, 14 febrero 1913, p. 1.

[25]El darrer jardí (Mallorca),La sèquia dels baladres (Valencia),El brollador del faune (Mallorca),Jardí Clàssic (Mallorca),Vil·la Florida (Mallorca),Racó florit (Mallorca),Primaveral (Mallorca),Ametllers roses (Mallorca),Raixa (Mallorca),Altar de flors (Mallorca),Canal del Generalife (Granada),Glorieta dels enamorats (Granada),Racó de boixos (Granada)yAigües somortes (La Granja).

[26]Calvari (Valencia),Càstor i Pòl·lux (València),Salzes (Valencia),Jardí Neoclàssic (Valencia),Claustre de Girona,Pedres Velles (Mallorca),Jardí de l’Arxiduc (Mallorca),Claustre de George Sand (Mallorca),Font de Minerva (Mallorca),Estany dels enamorats (Mallorca),Niu de xiprers (Aranjuez),Faune vell (Aranjuez),Saló dels Reis Catòlics (Aranjuez),Jardí del Príncep (Aranjuez) yXiprers del Generalife (Granada).

[27]En 1903 Caminal d’Alfàbiaiba reproducido en tinta de color naranja, mientras que en 1914 Rusiñol escogió reproducirlo en color azul. También cambió la tinta de Passeig místic, reproducido primero en color granate y luego en color verde.

[28] Enrique Díez-Canedo (Badajoz, 1879 – México, 1944), poeta, traductor y crítico literario.

[29] Francisco A. de Icaza (Ciutdad de México, 1863 – Madrid, 1925), crítico, poeta y historiador.

[30] Manuel Machado (Sevilla, 1874 – Madrid, 1947), poeta y escritor.

[31] Eduardo Marquina (Barcelona, 1879 – Nueva York, 1946), poeta, periodista, novelista y dramaturgo.

[32] Gregorio Martínez Sierra (Madrid, 1881 – 1947), escritor y dramaturgo. Traductor y adaptador de las obras teatrales de Rusiñol al castellano.

[33] Ramón Pérez de Ayala (Oviedo, 1880 – Madrid, 1962), escritor y periodista.

[34] Juan Ramón Jiménez (Palos de Moguer, 1881 – San Juan de Puerto Rico, 1958),poeta.

[35]Caminal de rosers (Aranjuez),Pedrera Romana (Tarragona),Font de l’odalisca (Granada),Passeig místic (Montserrat),Xiprers daurats (Granada),Jardí senyorial (Mallorca),Claustre de Girona,Càstor i Pòl·lux (Valencia) yNiu de xiprers (Aranjuez).

[36] En el Archivo Manuel de Falla (Granada) se conserva el ejemplar que perteneció al compositor(núm. reg. 3967).

[37] Carta de Manuel de Falla a su familia, fechadaen París el 3 de enero de 1909. Archivo Manuel de Falla: carpeta de correspondencia núm. 7808.

[38] Retrato de Manuel de Falla. Grafito sobre paper. 16,6 x 23,4 cm. Archivo Manuel de Falla. Granada.

[39]Thomas, Juan M.:Manuel de Falla en la isla. Edicions Capella Clàssica, 1947, p. 87.Edición facsímil de “Sa Nostra” Caixa de Balears, Mallorca, 1996.

[40]Carta de Rusiñol a Utrillo, Aranjuez, 10 de julio de 1898.

[41]Sarmiento,Miguel: La Última Hora, Palma, 16 mayo 1903.

[42]Frantz, Henri: L’Art Décoratif, octubre 1904, p. 126.

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Santiago Rusiñol. Jardins d'Espanya

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